A N Á L I S I S C R Í T I C A
El pintor libelista francés Patrice Servage genera un nuevo surrealismo contemporáneo en el arte internacional.
Heredero de Voltaire y del « Siglo de las Luces », el pintor libelista Patrice Servage nos habla, con sus lienzos, del mundo y de la sociedad de hoy en día.
Una pintura esperada en el arte contemporáneo, que viene a renovar, en el comienzo del siglo, el surrealismo, con una nueva comprensión de mensajes modernos, en hora de lo virtual, en el corazón de las problemáticas de sociedad y de civilización.
Patrice Servage posee las claves de una modernidad contemporánea, adaptada con nuestra época. Si es verdad que la sociedad actual se ha convertido en un episodio importante del progreso científico y técnico, a la vez universo de las tecnologías de vanguardia, así como nueva etapa de civilización en las problemáticas más diversas, entonces hacía falta que un artista supiera apoderarse un día de la pintura como medio de comunicación cultural para venir a clamar, denunciar, subrayar con pertinencia, lo que nos concierne con mayor urgencia, en estos dominios de las ciencias sociales, humanas, de medio ambiente, de salvaguardia del Planeta, en este mundo ultramoderno. Patrice Servage, respetando e integrando los fundamentales de la pintura, pinta lo que uno no sabe o no quiere ver, o muy simplemente lo que uno finge no comprender, lo que uno no quiere o no puede mirar frente a frente. Sin embargo no se puede escapar de los cuadros del pintor libelista Patrice Servage ni de lo que muestran ante nuestros ojos, cuando la razón y las voces se callan.
Patrice Servage, así como un Voltaire del siglo XXI, maneja el pincel como el gran escritor manejaba la pluma, con inspiración y talento desde luego, pero esto para poner de relieve las paradojas de nuestro mundo, las contradicciones en las mentalidades, la falta de lógica de los individuos y de sus comportamientos individuales o colectivos. El estilo del artista es contundente. Servage sale del mundo de la imagen de la comunicación y de la prensa, mundo que nos refleja con su pintura. Por su pintura puede darle un impacto artístico a lo que existe con mayor fuerza en términos de mensaje, en términos de visual. Sus lienzos, figurativos y narrativos, tan escenográficos como anecdóticos deben ser verdaderos cuadros libelos de sociedad por la conjugación del sentido de la imagen y del arte. A veces su pincel parece empapado por el ácido, para describirnos momentos intensos, sin concesiones, pero que deben ser verdaderos espejos de la sociedad. Mensajes rasgos de sociedad, de caridad y de miseria, de guerra y de paz, de amor y de odio. Por el arte de la pintura, con un estilo hiperrealista, nos pone Servage sin ninguna ambigüedad la realidad ante nuestros ojos. Manteniendo en nivel muy alto la antorcha después de los maestros precedentes que le fijaban a la pintura la misión de ser útil para la sociedad, desde el clasicismo hasta el realismo, bajo las grandes épocas de la Historia. Hoy en día, el pintor Servage crea un nuevo surrealismo, pues sabe poner al alcance del espectador, del gran público, alegorías inéditas, para que nos demos cuenta, gracias a sus cuadros, de verdades, de realidades actuales de nuestra vida diaria. Impresiones que nos escapan en los visuales plurales, las imaginerías multiformes y complejas del cine y de la televisión. Entonces son sus creaciones tantas « paradas sobre imágenes » para que tengamos tiempo de pensar, de darnos cuenta, en la carrera trepidante de la actualidad del mundo. De la alegoría que denuncia la propensión a un malestar de la sociedad, su pincel a veces maneja la parábola, así como en su cuadro « SUERTE », para arreglar terminologías de mensajes más universalistas. Por parte de Servage a menudo se nota el juego espejo de una sociedad, en búsqueda de sí misma, y de la cual inscribe sus vagabundeos dentro de nuestro juicio. La pintura del artista no es una pintura de barrio, o de país, es una pintura con destino al mundo entero. Este trabajo conmueve a la gente bajo todas las latitudes, para expresar, revelar diversos temas para una conciencia humana, aún humanista. Servage utiliza el lenguaje universal de la pintura para lanzar un mensaje rico, evidente, claro, pero que a veces es más sustancioso que una simple lectura en primer grado. El arte del pintor resulta del hecho que ha sido capaz de dominar la técnica pictórica, de construir una estética perfecta, de manera óptima, con el fin de hacerla útil para una sociedad confrontada por el artista con sus propios vacíos, sus fallos… Una pintura cuyo contenido favorece
una « toma de conciencia » de las problemáticas, que pueda entonces permitir una mejora de los comportamientos humanos. En este sentido es el trabajo de Servage constructivo, positivo, pues señala defectos, para que uno pueda corregirlos. Vive Servage su pintura como un arte inmerso en la sociedad, que pertenece a la sociedad, esta pintura no quiere defender tal o tal causa, esta pintura quiere hablar de su tiempo, describe su época con el lenguaje del pintor, quiere moverse en el arte de su siglo. Si la pintura de Servage puede cambiar la manera como el espectador ve las cosas que le rodean, es porque antes de todo consigue cambiar en su fuero interno el hombre, su conciencia, pero también la conciencia colectiva, la conciencia social.
Así como Dalí y sus mensajes, Servage con una vida de frescor, con un corazón joven, está dentro de la generosidad de amor del otro. Ante nosotros pinta tanto su sufrimiento como su desconcierto cuando se da cuenta que la guerra es ruina, que el egoísmo causa estragos, que la indiferencia existe con seguridad, que de ella sufre el Planeta en muchos aspectos. Hoy en día actúa como un gran pintor. Servage ha comprendido muy bien el papel que puede desempeñar y la función que puede tener la pintura, ha sido capaz después de años de labor de dominar este arte. Ahora lo lleva hasta el umbral de la sociedad para proponerle que evolucione, que se mejore. Servage el pintor libelista francés nos ofrece por su obra la demostración de lo que la pintura figurativa e hiperrealista nos puede traer cuando se convierte en un vehículo de inteligencia, de clarividencia, de discernimiento, de sensaciones internas para expresar el amor y lo bueno.
Patrice Servage, parece que es el primer artista en la historia de la pintura que lleve el calificativo de « pintor libelista » como pintor, pudiendo traducir con mayor pertinencia , en nuestra época, en la tradición de las personas más ingeniosas, esta forma de sensibilidad de sociedad dirigida hacia los demás, con un talento resueltamente de punta, imprescindible para la calidad intelectual de la cultura.
Antoine ANTOLINI, Abril 2010.
Centro de Investigaciones en Arte y Conservación del Patrimonio (CRACP)
Exposición “Memoria de las Artes de hoy en día”. El pintor Patrice Servage - Abril 2010. Centro de Exposición e Investigaciones. Tolón - Costa Azul - FRANCIA.
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